Las cuerdas van transformado, mi poema ya en canción,
y siento ya la emoción, de los acordes la rima,
escucho la melodía, mi voz, ya va por encima,
escribo como un demente, sintiendo, que me domina. .
Una tras otras las notas, ya se quieren colocar,
indicándole al cantar, ese camino a seguir,
y las sale a perseguir, el ritmo que se apasiona,
y toda la encordadura, vibra ya como una sola.
En el sentir del cuerdero, entra de pronto una calma,
es que esta sintiendo el alma, la letra que ahora se encima,
es bella, tímida y fina, y se deja escuchar sola,
es de esas melancolías, como canto de soisola.
es de esas melancolías, como canto de soisola.
Termino el tema asombrado, del giro, que él ha buscado,
la mano me ha comandado, y ha tomado posesión,
de mi alma, y corazón, el ha marcado el camino,
forjando así su destino, y guiando mi inspiración.
Dedicado a Joel Hernández, y a esos grandes compositores del llano.
Dedicado a Joel Hernández, y a esos grandes compositores del llano.
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