Cabalgando por las nubes, soñando al amanecer,
sentía que la mañana, me bañaba con su luz,
y así perdido en el tiempo, brillando mi cuerpo entero,
se despedía de mi, aquel último lucero.
Y me sentía feliz, lejano en el universo,
haciendo versos del alma, visiones de fantasía,
que vivieron algún día, muy adentro de mi ser,
y comprendí que tu amor, siempre lo voy a tener.
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