caballo, medio cerrero, que nadie pudo domar,
de amores, un aguacero, de canciones, un autor,
de peleas el primero, de joropo bailador.
El llano su gran hogar, el rodeo su pasión,
bregando desde muy niño, fue el cabestrero mejor,
a sombras de un gran samán, se durmió el gran domador,
testigo fue la sabana, y un relinchar de dolor.
Se ha quebrado el botalón, se ha marchado el gran baquiano,
se perdió por los senderos, en los caminos del llano,
el bongo de su destino, lo llevara ante el creador,
y su voz como un bordón, retumbara en los potreros,
como un "ganao" orejano, sin dueño y sin caporal,
al cielo se irá a montar, un gran castaño lucero,
que en noches verán pasar, por trochas y veladeros,
por caminos sabaneros, con silla, espuela, y sombrero.
.
Cantó el aguaitacaminos, en la noche solitaria,
anunciando su partida, desfloro el Araguaney,
los animales salieron, armaron un barajuste,
y se secaron las flores, que adornaban el caney,
Los capachos se callaron, y el cuatro lloró también,
quedo el arpa entristecida, pues se marcho su querer,
ya no volverán a ver, al cabrestero, cantándole a una mujer,
y un llanero embarbascao, lanzó un lamento por él.
.
Las cabrillas no salieron, hay silencio en el garcero,
y cantó una letanía un gabán en el estero,
el mandador se quedó, sin la mano que pegaba,
se abrió la puerta del tranquero, y se marchó el cabrestero,
ya no lo verán llevar, el "ganao" a la majada,
ni descansar en el caño, meciendo su campechana,
ni lancear a un toro bravo, con sombrero "pelo e' guama",
ni agarrar un cachilapero, por la sabana araucana.
.
Se ha quebrado el botalón, se ha marchado el gran baquiano,
se perdió por los senderos, en los caminos del llano,
el bongo de su destino, lo llevara ante el creador,
y su voz como un bordón, retumbara en los potreros,
como un "ganao" orejano, sin dueño y sin caporal,
al cielo se irá a montar, un gran castaño lucero,
que en noches verán pasar, por trochas y veladeros,
por caminos sabaneros, con silla, espuela, y sombrero.
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Cantó el aguaitacaminos, en la noche solitaria,
anunciando su partida, desfloro el Araguaney,
los animales salieron, armaron un barajuste,
y se secaron las flores, que adornaban el caney,
Los capachos se callaron, y el cuatro lloró también,
quedo el arpa entristecida, pues se marcho su querer,
ya no volverán a ver, al cabrestero, cantándole a una mujer,
y un llanero embarbascao, lanzó un lamento por él.
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Las cabrillas no salieron, hay silencio en el garcero,
y cantó una letanía un gabán en el estero,
el mandador se quedó, sin la mano que pegaba,
se abrió la puerta del tranquero, y se marchó el cabrestero,
ya no lo verán llevar, el "ganao" a la majada,
ni descansar en el caño, meciendo su campechana,
ni lancear a un toro bravo, con sombrero "pelo e' guama",
ni agarrar un cachilapero, por la sabana araucana.
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Las florecitas campestres, lo ungieron con su perfume,
y las aves con su canto, !un himno¡, le compusieron,
se despidió el cabrestero, decían los alcaravanes,
y el cielo lo cobijaba, con estrellas y luceros,
Lloraron los morichales, las lagunas y los ríos,
y en los esteros llaneros, la bruma, el llanto, y el frío,
no se volverá a escuchar, su voz en canto de ordeño,
pues murió ya el cabrestero, de toro, caballo y rejo.
En esta poema, resumo, mi conocimiento sobre el llano venezolano, que en mis conversaciones con: Joel Hérnandez, y Valmore Dávila, he podido acumular, y que me han llevado a releer novelas, como: "Doña Barbara", "Cantaclaro", "Memorias de Mamá Blanca", y otros libros, de costumbres, de esa hermosa tierra.
En esta poema, resumo, mi conocimiento sobre el llano venezolano, que en mis conversaciones con: Joel Hérnandez, y Valmore Dávila, he podido acumular, y que me han llevado a releer novelas, como: "Doña Barbara", "Cantaclaro", "Memorias de Mamá Blanca", y otros libros, de costumbres, de esa hermosa tierra.
Samán |
Garcero |
Morichal |
Araguaney |
Alcaravan |
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